EL MUNDO ES DE MARÍA LUJÁN
Cuando pienso en lo que quiero, pienso en VIDA, en SUEÑOS, en AVENTURA, y en VIAJAR.
Durante mi 2014, buscaba algo que en su momento no tenía nombre pero sí descripción: algo que me hiciera sentir feliz, algo que trascienda más allá de mis propios objetivos, algo que implique un compromiso interior, pero que también pudiera combinarse con las emociones y sensibilidad del día a día, con el compartir que trae aparejada la juventud.. hasta que descubrí lo que quería, ¡un INTERCAMBIO!
Elegí AIESEC para hacerlo por ser una ONG cuyo modo de actuar acompaña la manera en que veo el mundo, con acciones y valores que las guíen, sustentabilidad y responsabilidad en cada una de las cosas que hacemos; Comenzando a buscar destinos para realizar mi práctica voluntaria, sabía desde un principio que iba a ser Latinoamérica, y elegí Brasil para aprender un nuevo idioma, lo que implica llevarte a límites y zonas totalmente desconocidas de uno mismo.
Hace casi un mes que volví de estas 6 semanas únicas que cambiaron mi vida para siempre, un hilo fino que se traza entre ese antes y después que me transformó sin vuelta atrás. Trabajé en una ONG de la ciudad de Recife, en el Estado de Pernambuco, al nordeste brasileño con el proyecto Gira Mundo; Era un orfanato o “abrigo”, como llaman nuestros hermanos brasileros a estas entidades, que alojaba a niñas de todas las edades que han sido destituidas de sus familias debido a abusos, situaciones de trata de personas, de trabajo infantil, entre otros conflictos sociales, y se encuentran actualmente en procesos judiciales hasta la mayoría de edad.
No encuentro quizás aún las palabras correctas para describir el impacto que provocó cada una de ellas en mi vida, cada una de sus palabras, de sus abrazos, de sus juegos, de lo que construimos juntas, son para mí un aprendizaje que dura para siempre, que me cambió, me chocó, y hoy es parte de lo que soy.
Cuando uno viaja (no como un simple turista), resulta más fácil apreciar que en nuestra vida diaria estamos intoxicados de comodidad, de quejas, de aburrida certidumbre que no nos ayuda a crecer. Abrirse a otra cultura, insertarse en las costumbres, en el modo de pensar, en el modo de creer, en el modo de ser y de actuar, de saludar, de hablar, de comer, nos convence de que a la larga, el destino y el límite de nuestra libertad sólo están en nuestros pensamientos.
“Lo que das, te lo das; y lo que no, te lo quitas.” J
QUE EL MUNDO SEA TUYO
